Los gatos callejeros forman parte de la fauna urbana y están tan integrados en el medio ambiente de las ciudades y de nuestras vidas, que normalmente pasan desapercibidos y sólo se hacen notar cuando, a causa de la superpoblación, comienzan a ser un problema medioambiental.

El Centro de Protección Animal del Ayuntamiento de Madrid recibe todos los años en torno a los mil gatos, la mitad de ellos capturados en la vía pública. La gran mayoría de estos animales son sacrificados a los pocos días de su captura. Otros tantos miles de gatos se recogen en diferentes centros de acogida, donde intentan ser dados en adopción, siempre y cuando se trate de animales sociables. Los gatos asilvestrados suponen un serio problema, que habitualmente se “soluciona” con la eutanasia o confinamiento de por vida en jaulas en los centros de adopción.

Un estudio realizado en Estados Unidos reveló que el 60 por ciento de los gatos domésticos no esterilizados pueden acabar convirtiéndose en gatos callejeros, abandonados por sus dueños. El trasvase de felinos domésticos a las calles es un aporte difícil de evitar, mientras siga existiendo desinformación e irresponsabilidad por parte de los propietarios. En la comunidad de Madrid, la identificación y vacunación antirrábica de los gatos es voluntaria.

Las autoridades sanitarias descartan poder erradicar completamente la presencia de gatos en las calles y la formación de colonias más o menos numerosas, no sólo porque haya alguien que les alimente sistemáticamente, sino porque siempre podrán encontrar comida alrededor de algún foco de basura y alimentarse cazando roedores.

En el Ayuntamiento de Madrid estos últimos años han aumentando las denuncias vecinales sobre la proliferación de gatos callejeros que, agrupados en colonias en un número variable de individuos, generan molestias a los ciudadanos. Se denuncian con mayor frecuencia:

1. olores
   

2. ruidos (maullidos y peleas durante el periodo de celo)
   

3. suciedad (deyecciones, dispersión de basuras y alimentos que se les proporcionan)
   

4. riesgos sanitarios (contagio de enfermedades infecciosas a otros animales domésticos, como la Leucemia felina, Inmunodeficiencia felina, parásitos, etc.)
   

El crecimiento descontrolado de las colonias de gatos urbanos esta causado por diferentes factores:

1. La capacidad de reproducción de la especie felina es bastante elevada comparada a otras especies domésticas. Pueden reproducirse 3 o 4 veces al año, con camadas de hasta 5 o 6 individuos. Incluso en las peores condiciones una gata intentará sacar a sus crías adelante y éstas, a su vez, iniciarán su ciclo reproductivo con tan sólo, o incluso antes, de los 6 meses de edad.
   

2. Con suministro de alimento la viabilidad de esas camadas y la capacidad reproductora de los adultos queda asegurada. Las personas que caritativamente alimentan a esos animales, sin preocuparse por evitar las inevitables gestaciones de las gatas, están aumentando indirectamente el número de gatos que vagan por las calles.
   

3. La captura y eliminación (ya sea por adopción o eutanasia) de los animales no resuelve el problema, ya que al reducirse el número de gatos en la colonia, enseguida será poblada por individuos nuevos. Si se elimina una colonia de gatos, los gatos de territorios vecinos se moverán hacia allí y comenzará un nuevo ciclo de reproducción.
   

4. Así mismo, la supresión de alimento solamente no es suficiente para reducir la colonia, ya que existen muchas fuentes de alimento para los gatos (roedores, basuras, etc.). En todo caso sólo se conseguiría trasladar el problema a otra comunidad vecinal cercana o incentivar a los gatos a invadir más las casas dentro de su territorio en la búsqueda de sustento.
   

El modelo de “rescate” (captura y posterior adopción del animal), pudo haber sido plausible, en áreas donde había solamente algunos gatos perdidos, la mayoría abandonados recientemente. Ahora, cuando el número de gatos callejeros se cuentan por millones en muchos países, no tiene sentido. Cuando los gatos callejeros llegan a adultos, son muy difíciles de domesticar, y de todos modos no hay suficientes hogares disponibles para todos. Gran cantidad de gatos domésticos mueren en refugios por falta de espacio. ¿Por qué sacar a los gatos callejeros de las calles cuando pueden ser mantenidos allí, de una manera más apropiada a su naturaleza?

Para establecer un equilibrio y plantear una solución al inevitable crecimiento de las colonias urbanas, solamente se ha encontrado un método eficaz, el TNR (trap- neuter-return = capturar-esterilizar-soltar).